Crecí en un hogar cristiano donde me enseñaron los principios de la Biblia, no siempre fue fácil mantenerme firme en todo lo que me enseñaban en casa, pero algo que me ayudó muchísimo en los días más difíciles fue ser parte de una célula. Todas las semanas me reunía con un grupo de amigos, el líder compartía siempre principios de la palabra de Dios, nos motivaba a esforzarnos para crecer más y más en Él.
Cuando tenía 17 años abrí mi primera célula y desde ese tiempo siempre he dirigido una, ser líder ha sido una gran experiencia, me ha enseñado mucho y se ha convertido en parte de mi vida.
- Aprendí a no tener un corazón egoísta, sino que he podido ayudar a otras personas.
- Aprendí a comunicar un mensaje, al inicio no fue tan fácil, pero poco a poco fui creciendo en esto.
- He tenido que esforzarme a ser ejemplo, porque para poder dar un mensaje, debes vivirlo primero.
Así que si eres líder de una célula te felicito, y te animo a que puedas dar lo mejor a esos amigos que tienes, que tu vida sea de testimonio para todos ellos. Cada semana cuando tengan ese momento de compartir juntos, motívense a salir renovados de la célula.
Prepara tus actividades, es importante que tengas claro qué mensaje se quiere dar cada semana. Recuerda: «Las pequeñas cosas hacen la diferencia». Determina tener más detalles de acuerdo al grupo con el que estás compartiendo.
Recíbelos con alegría, si la célula es en tu casa tienes que hacerlos sentir bienvenidos, si la haces en casa de algún amigo nunca llegues tarde, ni la delegues. ¡Tu entusiasmo debe contagiarlos a todos!
Tomen tiempo para disfrutar la reflexión de la semana, nosotras estamos estudiando el libro «La belleza de ser mujer». Como el moderador de esta reunión, da participación a las demás personas, teniendo en cuenta que no se desvíen del tema. Sé claro con tu mensaje y así todas las personas podrán sentirse motivados en la reunión. Tu desafío es hacer que ellos tengan el deseo de regresar la siguiente semana, si compartes el mensaje correcto ten la certeza que siempre desearán volver a la célula.
Este día la actividad se llamó: «Libro de memorias». A veces es tan fácil dejar pasar momentos hermosos en la semana, así que les llevé un cuaderno a cada una con páginas en blanco, coloqué colores, stickers y cintas con diferentes diseños. El objetivo del libro es poder plasmar de cada semana en esas páginas un momento importante; sabemos que en un par de meses será un libro no sólo de buenas memorias, ¡sino de grandes milagros!
¡Estas actividades cómo fortalecen nuestra amistad! Me encanta reír con ellas, tener un tiempo en la semana para motivarnos y renovar fuerzas frente a todos los desafíos que tenemos día tras día.
Nos tomamos fotos con una cámara instantánea y plasmamos en estas páginas el inicio de grandes cosas, memorias hermosas que serán registradas semana a semana en este libro.
Quiero motivarte a que cada semana cuando tengas tu célula, todas las personas que asisten, salgan motivadas y llenas de fe.
Feliz día para todos,
Johanna.
Comparto algunas fotos de lo que fue la célula esta semana.
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