Ellas participan de mi célula, cada una representa una familia, y mi mayor anhelo es ver cada una de las promesas que Dios les ha dado hechas una realidad en sus casas.
Aquí estoy compartiendo con el grupo de mi gran amiga Margarita Cataño
“El bálsamo y el perfume alegran el corazón; los consejos del amigo alegran el alma”. (Proverbios 27:9)
Una de las cosas que más disfruto con mi célula, (la que hago desde que tengo 17 años), es que Dios me ha rodeado de verdaderos amigos, ya han pasado varios años y la verdad es que somos una familia en Cristo.
Crecí en un hogar cristiano donde me enseñaron los principios de la Biblia, no siempre fue fácil mantenerme firme en todo lo que me enseñaban en casa, pero algo que me ayudó muchísimo en los días más difíciles fue ser parte de una célula. Todas las semanas me reunía con un grupo de amigos, el líder compartía siempre principios de la palabra de Dios, nos motivaba a esforzarnos para crecer más y más en Él.
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18
Hemos aprovechado un feriado para iniciar con nuestra célula una tarde de oración; este pasaje fue nuestra palabra para buscar al Señor con todo nuestro corazón. ¡La oración puede transformarlo todo, por esto este año debemos determinarnos crecer más y más en la oración! ¡Debemos ser unos guerreros espirituales, que sabemos muy bien utilizar cada una de las armas que el Señor nos entregó!