Lucas 6:47-48 “Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca”.
¡Necesitamos levantar matrimonios firmes, fuertes, que estén sobre la roca, que es Cristo!
Muchas veces cuando hablo con parejas que están en su noviazgo los veo un poco distraídos con el momento que están viviendo y con poca proyección para el futuro.
Si estas en tu noviazgo quiero darte algunos principios que te pueden ayudar a levantar un matrimonio en Dios.
- Cuida tu relación con Dios
Es lo que te llevará a estar en el camino correcto. Antes de iniciar tu día, habla con Dios, antes que termine el día habla de nuevo con Él, confía en Él y aprende a ser su amigo, Dios mismo te enseñará y mostrará las decisiones que debes tomar.
- No trates de aparentar que todo está bien
Si necesitas ayuda, ¡éste es el momento de pedirla! A veces por temor a dañar la imagen de esa persona que amamos cometemos el error de aparentar que todo está bien, cuando no lo está. Pide ayuda… no es malo pedir un consejo de tu líder o de tu pastor, para que les den un consejo, para que puedan ayudarlos en oración y con motivación a restaurar todo en sus vidas antes de casarse.
- Aprende amar con sinceridad la familia de tu novio(a)
Cuando uno se casa no significa que se separó de la familia con la que creció, al contrario, decimos que esa familia ganó un hijo(a). Después vendrán las fechas importantes del año como navidad, año nuevo, cumpleaños y demás, así que debemos disfrutar sin importar en qué lugar estemos.
- No te acomodes a un noviazgo muy largo
Los noviazgos largos, pueden llegar a ser muy poco saludables, es mejor que se proyecten y trabajen por lo que sueñan, que den pasos de fe y decidan levantar ese hogar sobre la Roca, pronto.
Esta generación necesita ver hogares firmes en Dios, que sean ejemplo, por eso tu y yo necesitamos ser parte de esa generación que le dice NO al divorcio y NO a los niños sin sus padres.
Con amor,
Johanna.
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