Recuerdo el día que mi padre me invitó a una cena especial, allí me explico cuán importante era cuidar mi corazón. Hoy al ver la historia que he escrito de mi vida, doy gracias a Dios y a mis padres por tomar el tiempo de enseñarme cuán valioso es mi corazón. El rey Salomón lo explica en Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.”
Todos los seres humanos tenemos un corazón, y la gran mayoría de personas que conozco desean ser amados, tener un hogar estable que los haga sentir plenos, pero me he encontrado con muchos jóvenes haciendo la misma pregunta una y otra vez, ¿Cómo puedo saber si es la persona correcta? ¿Cómo no equivocarme?
Nuestra casa en la Florida tiene una piscina, para que funcione bien no podemos dejar que baje el nivel del agua, porque si baja demasiado el motor se puede dañar. En una oportunidad una de las luces de la piscina se dañó y generó un escape de agua, no sabíamos dónde estaba esa fuga, pero después de verificar todo con mucho cuidado, pudimos encontrarlo.
Lucas 6:47-48 “Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca”.