Devocional – Día 21
Estación Otoño
Adopción
Romanos 8:15
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Sin importar la etapa de la vida que estemos viviendo, siempre experimentaremos el deseo y la necesidad de ser amados. La falta de paternidad es uno de los factores que más influyen a crear vacíos en nuestro corazón.
Aún conociendo al Señor y habiendo asistido a encuentro, pasé por momentos en que me sentía sola y poco amada, tenía una sensación de tristeza y abandono, siempre esperando que sucediera algo. Estaba rodeada de personas que me amaban, había alcanzado una posición y un título profesional, convencida que estos logros me darían más seguridad y me llevarían a otro nivel, pero no, no sucedía nada.
Hasta que un día hice un alto en mi camino y pensé… “Mi vida se está yendo entre el dolor, la soledad y la tristeza, esperando que alguien haga algo por mí, y entendí:”
Josué 1:8 dice:
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. (Enfasis añadido)
Tres palabras que marcaron un antes y un después.
Amiga, a ti que estás leyendo este blog hecho con amor, te digo:
Es momento de detenerte y buscar una Palabra de Dios para ti, para que la guardes en el corazón, y la hagas parte de ti; como respuesta vendrá el por qué de Dios para tu vida.
Haz prosperar tu camino, corre a los brazos de tu Padre celestial, refúgiate en Él, entiende que de tú decisión, viene tu bendición.
Porque cuando descubrimos lo que significa ser adoptados, podemos disfrutar de la verdadera libertad, dejamos de ser esclavos, de pensar y actuar como tales, y viene la seguridad de la paternidad. Te puedes sentar en el regazo del Padre amoroso, con la confianza y seguridad de un amor eterno.
Ánimo, suelta esos lazos de dolor, corre al encuentro de Aquel que te ama, que siempre te ha amado desde antes de nacer, en Dios encontrarás la plenitud y el gozo.
Hoy te invito a exclamar, a gritar si es necesario: ¡ABBA PADRE, PAPA, PAPITO, PADRE MÍO!
Ora, habla con Dios, exprésate como hija porque Él es tu Padre.
No tengas miedo, Él está ahí para tí.🩸❤️
“Y piensa: si yo cambio, mi entorno cambia.”
Con amor,
Pastora Helena Blanco
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