Devocional – Día 27
Estación Otoño
Dirección
Salmo 32:8
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.
Hoy debemos entender que Satanás odia el arrepentimiento, la humildad, a las personas que oran y todo lo que es bueno. Odia a cada una de nosotras, intenta desviarnos completamente de los caminos del Señor, y quitar de nuestro corazón las directrices de Dios.
Antes de conocer a Dios, no era temerosa, cuando era joven nada me daba miedo, pero después de casarme, vino un temor muy grande de hablar en público y no podía hacerlo.
Me daba mucho miedo hablar con otras personas, incluso presentar exámenes o hacer exposiciones mientras terminaba mi carrera, me era muy difícil. Pero un día, el pastor César me llamó y me dijo que tenía que liderar el ayuno de la mañana… (en realidad me asusté mucho), me dijo que me había visto en una tarima con gran autoridad y poder, que era una visión de Dios, me burlé de él, me reí y le dije que debería dejar de tener esas visiones porque yo nunca lo iba a hacer.
Tiempo despues, él me llamó de nuevo para liderar ese ayuno. Aunque el enemigo intentó desviarme nuemerosas veces, y quitarme ese don que Dios me había otorgado, obedecí al pastor y al Señor, (Ester 4:13). Llegué y prediqué, lo que fue una gran bendición; si el pastor no hubiera hecho eso conmigo, tal vez no estaría predicando hoy, ya que el enemigo me hubiera desviado completamente de la dirección que Dios había dado.
Es por eso que hoy nosotras debemos comprender que en Cristo, a medida que nos adaptamos a la identidad de Él, tomaremos la posición correcta, dejaremos que Dios nos dirija con los dones y talentos que nos dió desde el día que nos eligió. Podremos recibir Su fortaleza y sabiduría, avanzaremos sin quedarnos atrás, llenos de temores, ni miedos. Llegaremos a ejercer dominio sin ser dominantes, y a crear estrategias sin manipular a nadie.
Aprenderemos a predicar y a llevar el mensaje de salvación, iremos a los hogares, a las mujeres agobiadas, sin importar a dónde vayamos o a dónde entremos, subiremos a un taxi y hablaremos del Señor, porque Él quiere que llevemos Su palabra a todo lugar.
Yo estuve a punto de quedar por fuera y abandonar mi carrera como predicadora, profeta y evangelista, pero ¿por qué? Porque la directriz que Dios me había dado no estaba clara para mí, pero cuando conocí bien al Señor y me dio la palabra de que conocería la verdad y la verdad me haría libre, ese mismo día sentí la verdadera libertad (Juan 8:32).
Le agradezco mucho al pastor César por haberme permitido predicar, él se arriesgó conmigo, porque no tenía la experiencia, pero Dios le puso en el corazón delegarme esa misión, lo hice y hoy me siento muy agradecida con Dios y con mi iglesia.
Reflexión:
Puede usted preguntarse, ¿qué dones cree que Dios le ha dado? ¿Qué está haciendo ahora para usar esos dones? Escriba una declaración que resuma lo que cree que es la visión de su vida, y así encontrará el camino correcto para lo que Dios la ha escogido en estos tiempos de dificultad, pero también de muchas bendiciones, porque Dios nos llama en el tiempo preciso y en el momento oportuno.
Oración:
Señor, Te doy gracias en este momento por todo el amor que Tú has puesto en mi vida, gracias porque Tu dirección me han ayudado a hacer las cosas correctas y a permanecer en Ti.
Me has dado fuerzas, me has orientado, me has dirigido y me has marcado el camino que debo seguir. Estoy tan agradecida por la vida Señor, y por todo lo que he vivido, aún en medio de la prueba, en medio del dolor, siempre sé que Tu diriges mi vida, y me llevarás al triunfo.
Amén y amén.
Con todo mi cariño,
Pastora Esperanza de Jiménez
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