Devocional – Día 24
Estación Otoño
Obediencia
Mateo 2:13-14
Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,
José, el esposo de María y padre terrenal de Jesús, recibió un mensaje de Dios en un sueño; el ángel le advirtió sobre un peligro inminente y le ordenó que tomara a su familia y huyera a Egipto. Sin dudarlo, José obedeció la instrucción y partió de inmediato. Esto es obediencia: escuchar y actuar de inmediato
Obedecer, viene del latín y significa “saber escuchar,” hacer caso a la fuerza, aunque no quiera.
El otoño nos muestra cómo la naturaleza se prepara para un cambio significativo, del mismo modo, la obediencia es un paso crucial hacia una nueva dirección en nuestras vidas. A veces, Dios puede pedirnos que dejemos algo que aparentemente puede darnos seguridad o estabilidad, (un trabajo, una amistad, una relación, un negocio, etc.), pero Dios conoce el futuro y lo que este traerá por las decisiones que tomemos en el presente, por eso es muy importante saber escuchar a Dios y no al corazón.
La Palabra enseña en Jeremías 17:9-10 “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
Escuchar a Dios es la seguridad de que todo obrará para bendecir nuestra vida y familia. El corazón puede convertirse en nuestro enemigo número uno, pues se mueve por emociones, por la situación que estemos viviendo en el momento.
En el otoño, las hojas caen y los árboles se despojan de su vestimenta anterior. Esto nos recuerda la necesidad de despojarnos de nuestra voluntad. Cuando obedecemos a Dios, a menudo nos despojamos de nuestros propios planes y ambiciones, para seguir el camino que Él nos ha trazado. Es un acto de rendición y humildad, permitiéndonos crecer y florecer.
La obediencia también nos enseña a confiar en la provisión divina: Recién me casé, mi esposo encontró un trabajo grandioso, con un buen salario, que nos brindaba la estabilidad que necesitábamos para iniciar esta nueva etapa de matrimonio, pero al pasar los días, ese trabajo se fue tornando un poco pesado, debía viajar a diferentes ciudades y duraba varios días fuera de casa, llegaba muy cansado y casi no podíamos compartir. Dios le habló que debía dejar ese trabajo, pasamos días pensando: ¿de qué vamos a vivir? ¿Cómo vamos a pagar las obligaciones mensuales? Sin embargo entendimos que esa era la voluntad de Dios, mi esposo renunció y quedamos sin una fuente de ingresos.
Durante ese tiempo solo orábamos que Dios obrara su perfecta voluntad, literalmente fuimos sostenidos por más de 4 meses por la gracia y el favor de Dios; aprendimos a orar correctamente por una fuente de ingresos o trabajo, visualizado lo que queríamos, hasta que se abrió una nueva puerta, que fue una escuela de formación y preparación, para luego Dios guiarnos a tener nuestra propia empresa.
En ese momento no conocíamos el futuro, solo pensábamos en el presente, pero oramos al Señor que nada fuera en nuestra voluntad, sino que se hiciera la Suya, cada una de esas decisiones marcadas por la obediencia y confianza en Dios, fueron resultado de lo que hoy podemos ver en nuestra vida, pues no solo Dios nos ha confiado una empresa, sino que tenemos el tiempo para disfrutar de nuestras hijas, de nuestra relación de pareja, y servirle a Él como lo soñamos.
No temas en obedecer a lo que Dios esté colocando en tu mente, solo confía, y obedece, Él tiene un mejor plan.
No termines este día sin cumplir ese desafío, de hacer algo que Dios te ha pedido varias veces y no lo has hecho.
3 Comments
Dónde hay obediencia, hay bendición. Es dejar que Dios obre su perfecta voluntad en nuestra vida. Confiar en Él, que Él hará, porque El tiene el mejor plan.
En un momento de mí vida el señor tuvo que hablarme por un sueño, me estaba dando en una instrucción muy específica de una decisión muy importante que definiría mí futuro y el de mí hija, al obedecer pude ver el fruto de una bendición que El Señor estaba preparando para mí y que no imaginé que podía recibir. eran más altos los pensamientos de el que los míos Aprendí que quien es hija, sabe obedecer a su padre. Y yo soy su hija 🙂
La obediencia trae consigo que los cielos se abran pues evidenciamos así nuestra confianza plena en Dios y el negarnos a nosotros mismos
Gracias ! 👏🏼👏🏼👏🏼