Devocional – Día 28
Estación Otoño
Fruto
Juan 15:16
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
En verdad una de las estaciones más hermosas es la del Otoño, la naturaleza te perfuma de una fragancia única y todo se viste de un color como naranja y verde que hace que la vida se vea diferente, y no se trata solo de paisaje, sino de un momento de transición de la naturaleza.
Yo soy mamá biológica de tres guapos caballeros, mamá espiritual de 3 hermosas princesas y abuela de 3 preciosos nietos, (incluida la niña de la casa, esperada por 2 generaciones) apasionada por la vida y por el milagro que en sí mismo representa.
Disfruté de cada embarazo e invertí tiempo en intentar dibujar en mi mente cómo crecía cada uno de los bebes en mi vientre. Cuando nacieron, decidí llamar mi tiempo de licencia, “la contemplación” (en verdad no podía dejar de mirarlos), después mi esposo y yo comenzamos a cuidar el jardín que nos había sido confiado.
Como en la naturaleza, las semillas que se planten darán fruto de acuerdo a lo sembrado, decidimos tomarnos el tiempo de escoger algunas semillas de manera intencional, y aunque aún no conocíamos verdaderamente del Señor, eso se convirtió en nuestra ruta. Han pasado casi 40 años desde entonces, y ver lo que hoy es cada uno de ellos, nos hace amar el otoño.
Iván Camilo es un hombre sensitivo, servicial, un esposo responsable, trabajador, un padre tierno y amoroso para nuestra bella Mariana. Juan Sebastián una antorcha encendida, firme y tan noble; un esposo dedicado, atento a las necesidades de su amada, y un padre que inspira a Ezequiel y Emanuel. Santiago una piedra viva para esta generación, apasionado por Jesús, creativo, lleno de talento, ama a su esposa, y aprende a levantar un hogar para el Señor, además un tío maravilloso.
Luisa, guerrera de la vida; Gina, valiente, que conquista con la fe, y Tatiana, una joven hermosa y pura, que se hace fuerte en todo.
El fruto que quieras ver en tu vida, tu familia, tu ministerio, o en tus finanzas, dependerá de las semillas que plantes. Querida amiga, escoge las mejores, siémbralas en la buena tierra que tienes en casa, riégalas con amor y perseverancia, y espera la mejor cosecha. Con Jaime, decidimos plantar oración, la Palabra de Dios, (palabras de bendición), dirección e instrucción, tiempo con cada uno, paciencia y una gran dosis de amor verdadero.
Con Amor,
Pastora Claudia Wilches
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