Devocional – Día 16
Estación Verano
Dulzura en el Espíritu Santo
Romanos 8:16
“Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios”.
En estos últimos días en mi ciudad natal, Bogotá, hemos experimentados varios cambios climáticos, al inicio del día hace mucho frío, al medio día hace sol y al caer la tarde puede haber fuertes lluvias. Al igual, la vida es una muestra real de los cambios que podemos experimentar, sin un previo aviso.
Dios me ha permitido vivir muchos cambios, hace 10 años sufrí un accidente automovilístico junto a mi familia, donde experimenté el amor, la protección, el cuidado, y la sanidad de mi Señor.
Como familia vivimos una horrible y oscura noche.
Un 9 de enero de 2013, bajo el radiante sol de la Guajira, (un departamento colombiano en el mar Caribe), que se distingue por sus paisajes desérticos, por las gigantes dunas de arena y las villas pesqueras del pueblo indígena wayuu, el destino de nuestras vacaciones ese año, donde en fracción de segundos toda mi vida cambó.
Junto con mis 3 hermosas hijas, “Las super poderosas”: María Alejandra, Natalia y Nicolle, y mi amado esposo Alejandro, viajábamos apurados por llegar a Riohacha capital de la Guajira, para hacer un cambio de vehículo y llegar a nuestro destino. Pero de repente la llanta del lado del copiloto (yo) estalló. Cuando eres el protagonista de una historia que parecería una especie de pesadilla, lo único que puedes hacer, es refugiarte en Dios.
El auto comenzó a dar giros, y mis hijas pequeñas, de 6 y 8 años salieron por las ventanas del vehículo, teniendo laceraciones y fracturas en sus cuerpos. Mi esposo perdió el sentido porque tuvo una gran contusión en su cabeza; mi hija mayor iba a salir por el parabrisas, pero alcancé a detenerla con mi brazo, sin embargo, a causa de esto tuve la pérdida del 60% del antebrazo derecho, siendo mi mayor consuelo, que mi hija no tuvo ningún daño físico.
Fuimos conducidos al hospital más cercano en Riohacha, donde nos atendieron de manera urgente y lograron estabilizar nuestras heridas, pero se resolvió trasladarnos a otra ciudad por la gravedad de las mismas. En ese momento, inició nuestra travesía en esta difícil prueba de sobrevivir a un accidente.
¡Les puedo decir que como familia salimos victoriosos, por el poder de la sangre de Jesús! Cada uno de nosotros pudo tener de manera personal, la revelación de Jesús en nuestras vidas, y nunca volvimos a ser los mismos, porque la total dependencia de Dios, te hace cambiar la perspectiva de la vida, y re evaluar el tiempo invertido en amar y cuidar a tu familia.
Después de 26 cirugías reconstructivas de mi antebrazo, más de 4 meses de aislamiento por una bacteria muy agresiva que adquirí en los quirófanos, y más de 5 hospitales por los que transite, te puedo decir que conocí de manera personal a un Dios real, que me ama con amor eterno, a quien sirvo con todas mis fuerzas, y total gratitud.
Solo deja que en los cambios que la vida, el Espíritu Santo sea tu guía y protector.
Ríndete a Sus pies, entrégale toda tu vida y proyectos. Solo Él puede endulzar los momentos más insípidos, agrios o ácidos de la vida. Permite que el Espíritu Santo tome el control y te permita ver lo que quiere hacer a través de ti y tu testimonio, para que cumplas Su propósito en esta tierra.
Oración:
Amado Señor, te entrego la totalidad de mi vida y te pido me ayudes cada día a seguir Tus pisadas y cumplir lo que has diseñado para mí. ¡¡Te amo Señor!!
Con Cariño,
Pastora Rossemarie Rizzo.
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