Devocional – Día 38
Estación Invierno
Confianza
Éxodo 2: 2-3
La mujer quedó embarazada y dio a luz un hijo. Al ver que era un niño excepcional, lo escondió durante tres meses. Cuando ya no pudo ocultarlo más, tomó una canasta de juncos de papiro y la recubrió con brea y resina para hacerla resistente al agua. Después puso al niño en la canasta y la acomodó entre los juncos, a la orilla del río Nilo.
El libro de éxodo describe cómo Jocabed, (mamá de Moisés) se vio obligada a esconder a su hijo durante tres meses, dada la orden del Faraón de dar muerte a todos los hijos varones de los hebreos. Cuando Jocabed no lo pudo esconder más, tomó una canasta impermeabilizada, y lo puso en el rio Nilo, que en su época, era uno de los más caudalosos del mundo.
Jocabeb fue una mujer que tenía su plena confianza y fe en el Señor, pudo ser partícipe de la gracia y el perdón al soltar a Moisés en manos del Señor en el rio Nilo, para se convirtiera en el salvador que en ese tiempo, el pueblo de Israel necesitaba. Más adelante vemos cómo Dios usó a Moisés para sacar al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto.
¿Qué significa poner nuestra confianza en Dios?
Es tener absoluta convicción y seguridad en que nuestra vida está en manos de Dios, que sólo en Él encontramos paz, y que Sus planes para nosotros, son buenos y perfectos.
Lo contrario a la confianza es la duda, las preocupaciones, las cuales nos impiden confiar en Dios con todo nuestro corazón y no nos permiten experimentar la vida abundante que nos ha prometido.
En Mateo 6: 25-34, Jesús nos dice tres veces que no debemos preocuparnos, sino poner nuestra confianza en Él. Preocuparse es pecado, es dudar del poder de Dios, de Su bondad para nosotros, y dejarnos agobiar por los afanes de este mundo.
Salmo 56:3 NTV “Pero cuando tenga miedo, en ti pondré mi confianza. Alabo a Dios por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales?”.
Hoy el Señor nos invita a recordar que Él ya nos rescató de la muerte, que no nos va a dejar en vergüenza, que cuando clamamos a Él por ayuda, veremos cómo está de nuestro lado. Dios va a cumplir todo lo que nos ha prometido, Su Palabra no ha fallado sobre nuestra vida, todo lo que Él ha pensado sobre nosotras, nuestra familia y ministerio, se cumplirá.
No hará falta nada, solo confía, el Señor te guiará por la senda correcta y por el camino que debes seguir, con Su amor inagotable y fidelidad, cumplirá Su voluntad en ti.
Confía y espera en él.
Con cariño,
Celina Arias
No Comments